Fuente: Iberia

A mediados de marzo, cuando comenzó a extenderse el coronavirus, también empezó a crecer por todo el país una red solidaria de ciudadanos que fabricaba viseras, gafas o cascos protectores con impresoras 3D domésticas para donarlas a hospitales, residencias de mayores y centros de salud, tan necesitados de elementos de protección individual en ese momento.

Eran voluntarios de la red “Coronavirus Makers”, una comunidad que ha destacado por su capacidad de auto organizarse sobre la marcha, canalizando las necesidades de los hospitales, distribuyéndolas con transportistas voluntarios y en la que han participado todo tipo de profesionales -periodistas, abogados, psicólogos…- que han aportan sus conocimientos y tiempo para que las piezas elaboradas por los voluntarios repartidos por toda la geografía española llegaran a donde más se necesitaban. Desde el 15 de marzo, Coronavirus Makers ha producido más de 350.000 viseras y actualmente está fabricando una media de más de 40.000 unidades al día.

José David Roca, agente administrativo de Iberia en el área de Asistencia Pasajeros del aeropuerto de Madrid, es uno de estos “makers” (como se denominan a los que tienen impresora 3D).

“Yo me compré la impresora hace un año aproximadamente, por recomendación de mi cuñado, que también tenía una, y me gustó la idea de poder hacer juguetes para mi hija o alguna herramienta que pudiera hacer falta en casa. Desde este momento ya tuve contacto con la comunidad Maker, en la que se comparten curiosidades o novedades acerca de la impresión 3D y, cuando me enteré por redes sociales de que la comunidad Maker se estaba movilizando para colaborar, me puse manos a la obra. Una vez tuvimos un modelo de viseras homologado por el Ministerio de Sanidad, lo distribuyeron entre los “makers” y nos pusimos a imprimir.

Cada uno aportaba lo que podía, día y noche. Si todo va bien, en imprimir cada pantalla se tardan unas dos horas, y entre todos nos ayudábamos a resolver problemas en las impresoras o, si algún miembro disponía sólo de material para imprimir visera y otros solo la pantalla protectora, nos coordinábamos con Protección Civil para que ellos recogiesen cada pieza y las entregasen en los propios centros sanitarios.

Dos de mis familiares más cercanos fueron ingresados por coronavirus en el Hospital Virgen de la Salud en Toledo, así que a mí toda esta situación me ha tocado bastante de cerca. Precisamente ha sido a este hospital al que ha llevado las viseras con pantalla protectora que iba fabricando. En total han sido unas 80 unidades. 

Ha sido la primera vez que he participado en un proyecto así y, sentir que formas parte de esa “gran ola solidaria”, es una sensación indescriptible. En Iberia, cuando todo parece ir en contra, nos decimos a nosotros mismos que también los aviones despegan contra el viento. Y lo que esta situación nos ha dejado claro es que, como decimos ahora en nuestras comunicaciones, para volver a volar necesitamos las alas de todos.