Fuente: ACI Europa
- Estudio encargado por asociaciones europeas de aviación y realizado por la consultora económica y financiera Oxera, confirma apreciación
Con un aumento en los objetivos globales de descarbonización, el transporte ha sido objeto de un mayor escrutinio y, en particular, la aviación. Una solución que se ha propuesto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte, es un cambio modal del aire al ferrocarril. Esto ya se ha fomentado tanto a través de inversiones masivas en infraestructura ferroviaria como mediante prohibiciones e impuestos sobre vuelos de corta distancia en ciertos países y posiblemente más a seguir.
Sin embargo, un nuevo estudio encargado por las asociaciones europeas de aviación y realizado por la consultora económica y financiera Oxera confirma que la medida en que los viajes en tren pueden sustituir a los viajes en avión, es limitada.
El informe, “Vuelos de corta distancia y conectividad sostenible”, destaca que el panorama es mucho más complejo que simplemente cambiar de un modo de transporte a otro. La construcción de nuevas líneas ferroviarias tiene un alto coste medioambiental debido a las emisiones de CO2 asociadas al cemento y la producción de acero. Además, las emisiones del combustible utilizado para la construcción de infraestructura, según el estudio, supone un impacto significativo en la biodiversidad y el daño a los hábitats de vida silvestre como factores ambientales adicionales.
Para muchas rutas aéreas de corta distancia con una menor frecuencia de tráfico o en aeropuertos sin una buena conexión ferroviaria de alta velocidad, el ferrocarril no puede ser económicamente viable ya que se basa en un modelo comercial diferente, con tasas de ocupación y velocidad más bajas. Asimismo, no hay garantía de que los pasajeros cambien del avión al tren y opten por viajar en automóvil, lo que podría conducir a mayores emisiones de CO2.
Es importante destacar que la descarbonización de la aviación estará muy avanzada cuando se despliegue una infraestructura ferroviaria comparable. Está previsto que los aviones híbridos eléctricos se prueben primero en rutas regionales para 2030, lo que reducirá las emisiones de CO2 en un 50 por ciento por vuelo, en ese segmento del mercado. Por lo tanto, a medida que los sectores del ferrocarril y la aviación se descarbonicen, la brecha entre las emisiones de CO2 del aire y del ferrocarril, se reducirá aún más. Además, como las rutas que tienen más probabilidades de descarbonizarse primero, los vuelos de corta distancia dentro de Europa desempeñarán un papel importante en el despliegue de tecnologías disruptivas bajas en carbono, acelerando así un despliegue más amplio de descarbonización.
Los aeropuertos regionales y las aerolíneas son cruciales en el desarrollo económico y social de su región, ya que aseguran que las economías locales puedan acceder a centros económicos más grandes. Son claves para la política de cohesión de la UE, además de herramientas esenciales para reducir las desigualdades territoriales y sociales. El Parlamento Europeo estima que el sector de la aviación sustenta alrededor de cinco millones de puestos de trabajo y aporta 110 mil millones de euros al PIB europeo cada año (*) Si se incluyen los efectos indirectos, estas cifras ascienden a 12 millones de puestos de trabajo y al menos 700 mil millones de euros en el PIB (**)
Por lo tanto, los jefes de las asociaciones de aviación hacen un llamado a los legisladores para que tengan en cuenta estos factores ambientales, sociales y económicos, al considerar cómo optimizar la descarbonización del transporte regional en Europa.