Fuente: Piedmont Airlines
El capitán Luis Rodríguez Rojas está orgulloso de su herencia colombiana. “Los hispanos nunca necesitan una excusa para una celebración”, dice. El Mes Nacional de la Herencia Hispana se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre y tradicionalmente honra las culturas y contribuciones de los hispanos y latinoamericanos, además de la herencia arraigada de todos los países latinoamericanos. Luis celebra organizando una parrillada con amigos, familiares y así compartir su cultura colombiana con sus compañeros de trabajo a través de su membresía en la Red de Diversidad Latina y Grupos de Recursos para Empleados Militares / Veteranos.
El amor lo llevó a los Estados Unidos y la oportunidad profesional lo llevó a seguir su carrera de piloto, pero nunca olvida de dónde viene. Luis creció en Bucaramanga, Colombia. Cuando era niño era hiperactivo y en lugar de depender de la medicación, sus padres lo alentaron a participar en actividades extracurriculares para mantenerlo ocupado. A los 13 años, se convirtió en técnico electrónico, lo que lo ayudó en sus futuras carreras militares y de aviación. Asistió a una academia de tenis de mesa, por la que viajó a torneos como parte de la Selección Nacional Sub 14 de Colombia. Entrenaba a diario y era el jugador número dos del país. Luis se graduó de la escuela secundaria a los 16 años y asistió dos años a la Universidad Pontificia Bolivariana, donde estudió ingeniería electrónica.
Se incorporó al Ejército de Colombia en 2004 y durante sus tres años de servicio trabajó en policía militar, inteligencia y reconocimiento, antes de desplegarse en Egipto durante un año. Conoció a su esposa en Egipto quien trabajaba allí por contrato. Poco después de él dejar el ejército, se casaron y se mudaron a la ciudad natal de su esposa, Horsham, Pensilvania.
Desde muy joven, Luis siempre había disfrutado de volar aviones de control remoto (RC) y se unió a un club RC local. Nunca pensó que volaría un avión o volar sería una carrera hasta que tuvo una conversación con un miembro de la familia que trabajaba en la industria de la aviación. Aquel pariente lo alentó a investigar sobre la escuela de vuelo de Delta llamada Delta Connection Academy en Sanford, Florida. Él programó una viaje en enero de 2008, hizo un vuelo de descubrimiento y quedó enganchado.
Más tarde ese año, Luis comenzó a entrenar en Delta Connection Academy y fue el único hispano en su clase de 25. Se graduó dos años después como instructor de vuelo y fue contratado para instruir en la escuela. Él refleja que aprender la jerga de la aviación fue difícil para él, debido a la barrera del idioma.
Su hija nació ese mismo año y comenzó a buscar aerolíneas. Comenzó su carrera como primer oficial con GoJet en 2012, donde voló durante un año, pero tuvo un viaje difícil. “Ahora era padre y quería estar más en casa con mi bebé”, dice Luis. La familia se mudó de Florida a Horsham. Al año siguiente voló aviones corporativos y se enteró de que Air Wisconsin tenía una base de tripulación en Filadelfia. Una base cercana significaba que no había viajes diarios. Se incorporó a Air Wisconsin en marzo de 2014 y permaneció como primer oficial hasta junio de 2018. Después de que su ascenso de capitán fuera cancelado varias veces, el futuro de la aerolínea era incierto. Un amigo piloto en Piedmont, le dijo que estaban contratando capitanes de entrada directa. Luis se unió a Piedmont como capitán en junio de 2018. «El entrenamiento fue una de las cosas más difíciles que he hecho», dice Luis. “Nunca había volado en un avión Embraer y nunca había sido capitán de una aerolínea. Sabía que iba a ser difícil, pero pasé».
Luis es un miembro activo de la Asociación de Pilotos Latinos (LPA) y de la Red de Diversidad Latina de Piedmont y de los Grupos de Recursos para Empleados Militares/Veteranos (ERG). “Para mí es importante compartir con los demás y no desanimarme cuando existe la oportunidad de seguir la carrera que deseas. Soy un inmigrante con un GPA promedio y soy un ejemplo de que puedes llegar allí y hacer realidad un sueño”, asegura.
Luis comparte que nunca hubiera tenido la oportunidad de ser piloto en Colombia. “Esa era una carrera para niños ricos. El entrenamiento de vuelo en Colombia es siete veces más caro que en los Estados Unidos”, comenta.
En casa, le gusta ayudar a cocinar comidas hispanas para sus colegas y llevar a sus amigos estadounidenses a visitar Colombia. “Colombia no tiene la mejor historia, pero su cultura y su gente son maravillosas. No es como se ve en las noticias». También comparte la importancia de su cultura colombiana con sus dos hijos y les está enseñando español. «Es importante mantener esa herencia y mis hijos saben que son tan colombianos como estadounidenses».
Luis disfruta reunirse y conectarse con otros miembros del equipo de Piedmont a través de los ERG. “Mi herencia es importante para mí y disfruto compartirla con los demás”, señala con orgullo. También le gusta aprender sobre las culturas de otros a través de los ERG. «Cuanto más aprendamos unos de otros, más comprensión habrá».