Fuente: TAP
En 1922, Gago Coutinho y Sacadura Cabral tardaron más de 60 horas de vuelo y ocho escalas en completar el primer Cruce Aéreo del Atlántico Sur, que unió Lisboa y Río de Janeiro.
Cien años después, TAP realizó el mismo trayecto pero sin escalas, en unas ocho horas y con un avión de última generación, el A330neo, que, al igual que el primero, tiene por nombre: Santa Cruz.
El nombre del hidroavión, un Fairey III, con el que Gago Coutinho y Sacadura Cabral completaron la Travesía Aérea del Atlántico Sur, fue pintado en uno de los aviones más modernos de TAP, junto con la Cruz de Cristo, y estará volando con la Compañía durante todo 2022, en homenaje a esta importante conquista portuguesa de los cielos.
Este vuelo especial, en alianza con la Comisión Aeronáutica para la Conmemoración del Centenario del Cruce Aéreo, de la Fuerza Aérea y de la Armada, contó con la presencia del Excelentísimo Señor Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa; la Directora General de TAP, Christine Ourmières-Widener y el presidente de TAP, Manuel Beja, quien, como hace 100 años, aterrizó en Río de Janeiro cuando Brasil se prepara para celebrar su independencia.
El Cruce Aéreo del Atlántico Sur fue sugerido por Sacadura Cabral en 1919 para conmemorar el primer centenario de Brasil y tardó tres años en prepararse. Abrió el camino a los viajes aéreos científicamente precisos gracias a una innovación de un sextante simple adaptado a un horizonte artificial y marcó para siempre la aviación moderna. Se trató de una aventura de 4.527 millas que conectó Lisboa y Río de Janeiro por aire por primera vez y, para siempre, Portugal y Brasil.
Este vuelo TAP celebra el coraje y la visión de estos héroes portugueses y la unión entre las dos naciones.