Por Nicole Noack.

 

Los operadores o propietarios de aerolíneas tienen diversas razones comerciales para modificar su flota de aviones. Ya sea para modernizar la cabina de vuelo o agregar nuevas comodidades para pasajeros, un Certificado de Tipo Suplementario (STC, es la sigla en inglés) es un método efectivo y de uso frecuente que también mantiene la aeronavegabilidad de la aeronave. El proceso para completar un STC es complejo y, para quienes no estén informados, puede percibirse como una caja negra. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien el proceso STC es realmente complejo, está bien establecido y es riguroso. En ocasiones, la interacción de los propietarios u operadores de aerolíneas con las autoridades de aviación como ANAC, TCCA o CASA puede ser mínima y, por esa razón, comprender los detalles clave sobre el proceso, es importante y empoderador. Si se está considerando modificar una flota de aviones a través de un STC, hay algunos pasos a seguir que ayudan a que la actividad sea exitosa y menos intimidante.

 

Entonces, echemos un vistazo breve a la “caja negra”. Hay dos elementos principales que hacen que el proceso sea complejo. Primero, el número de partes involucradas en el proceso. En general, hay tres: la autoridad de aviación, el proveedor de STC y el propietario u operador de la aeronave. En segundo lugar, el proceso se lleva a cabo a través de varias fases, que involucran a cada parte interesada en varios momentos, en un programa a menudo largo e intrincado. También, se requiere una planificación y documentación detalladas. En términos generales, un proceso de STC abarca las siguientes actividades: 1. El acuerdo del propietario u operador de la aerolínea con el proveedor de STC. 2. El desarrollo y la presentación de diversas aplicaciones y documentación, requeridas por la autoridad aeronáutica. 3. Familiarización con el proyecto. 4. Un acuerdo entre el proveedor de STC y la autoridad de aviación, sobre el programa de certificación y el nivel requerido de participación de la autoridad de aviación. 5. El proceso de ingeniería y desarrollo de STC. 6. La declaración de cumplimiento y, finalmente, el número 7, es la aprobación del STC. Con todo esto para completar, no resulta difícil entender porqué se requiere la experiencia específica de un modificador de aeronaves.

 

¿Cómo se puede afrontar esta complejidad y salir al otro lado del túnel, con todos los requisitos cumplidos? Aquí van algunas ideas. La primera herramienta es estar informado. Un proveedor de STC puede ayudar en capacitación al propietario u operador de una aerolínea, y que este último fomente comunicaciones sólidas y abiertas con el primero ayuda a lograr un resultado positivo, ya que dichas comunicaciones también generan confianza. La segunda herramienta, es evitar subestimar los requisitos operativos de un STC. Un primer paso fundamental para lograr esto es a través de una sesión informativa profunda y completa, con el proveedor de STC elegido. El objetivo aquí es garantizar que ambas partes estén bien alineadas, tengan una comprensión clara de los plazos y que se cumplan todos los requisitos. Esta alineación es importante porque hay muchas etapas en las que el propietario u operador de la aerolínea no participará directamente. El proveedor y la autoridad aeronáutica deben tomarse el tiempo necesario para realizar el trabajo. Una tercera herramienta que promoverá una modificación exitosa es realizar las “debidas diligencias” por adelantado. Esto vale la pena al final, porque contribuirá a una comprensión clara de lo que puede esperar, y esto ayuda a mantener la confianza en un resultado exitoso.

 

Está claro que en lo que respecta a los STC, un poco de conocimiento es muy útil y, además, un modificador experimentado y con conocimientos también allanará el camino hacia el éxito.

 

Nicole Noack es Directora General de Independent Aircraft Modifier Alliance. Para más información sobre el tema de esta columna de opinión, se recomienda visitar el sitio web: www.iama.org