Por José Ricardo Botelho 

Estimados lectores,

En el 2018, el turismo receptivo en el Perú creció por encima del promedio de Sudamérica con 4.4 millones de turistas internacionales (Promperú) y, en 2019, el ingreso de divisas por turismo receptivo alcanzó cerca de 5 mil millones de dólares, un 6.2% más con respecto a 2018 (MINCETUR). Cuando vemos a lo interno, el turismo nacional se posicionó como uno de los sectores económicos que venía prosperando con mayor rapidez con perspectivas muy interesantes para el futuro próximo.

Perú cuenta con atractivos naturales, históricos y culturales significativos que atraen a personas de todo el mundo y generan para el país el 7.5% de los empleos y aportan el 9.3% del PIB (WTTC). Con 60% de las personas que visitan el Perú llegando por vía aérea, la pandemia y sus consecuentes restricciones de movilidad afectaron en gran medida este importante sector para la economía.

Para conocer un poco más sobre los efectos de las medidas y en qué necesitamos trabajar para apoyar la retomada del sector de viajes y turismo en el país, conversé con Carlos Gutiérrez Laguna, Gerente General de AETAI – Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional del Perú. Los invito a leer la entrevista a continuación:

¿Han sido efectivas las medidas y protocolos implementados en Perú?

Al estar frente a un escenario de pandemia, cuyo impacto no se ha visto en toda la historia de la aviación, lo principal es velar por la salud pública. Toda la economía se ha visto afectada, aunque poco a poco se vienen flexibilizando ciertas medidas y protocolos de seguridad.

Mirando hacia atrás consideramos que algunas medidas fueron tomadas sin prever el impacto real y su implementación. Por ejemplo, el establecimiento de una cuarentena para los pasajeros que ingresaban al país cuando no existía un control adecuado de seguimiento.

¿Cuál es el principal reto en este momento?

Lograr una recuperación sostenida y sostenible de la industria tanto a nivel nacional como internacional. Considerando en este último caso que lamentablemente no existen medidas homogéneas de acceso (presentación de pruebas negativas de COVID-19 con diferentes plazos de anticipación, realización de cuarentenas, seguros de viaje específicos, etc.) a los territorios de los diferentes países, este proceso de recuperación irá a diferente velocidad según el país que se trate.

Pero la buena noticia dentro de todo esto es que se va reportando un avance consistente en el proceso de vacunación, que abre otros retos y posibilidades y, lo más importante, ayuda a recuperar la confianza del viajero. Tenemos recientes medidas en varios países donde aquellos pasajeros que se encuentren vacunados, no deberán presentar una prueba negativa o realizar cuarentena. La anulación de estos requerimientos, ayudará a recuperarla demanda.

Cabe resaltar que, en caso nos enfrentemos ante la aparición de nuevas variables, AETAI respetará y respaldará las medidas que implemente el gobiernos para garantizar la salud y seguridad tanto de pasajeros como de tripulantes.

¿Qué determinará la recuperación y crecimiento del mercado aerocomercial en el país?

Principalmente, no tener mayores sobresaltos en el camino a la recuperación. Es decir, el Perú estuvo con operaciones aéreas cerradas desde el 16 de marzo al 14 de julio. A partir del 15 de julio se iniciaron los vuelos locales, y en octubre iniciaron los vuelos internacionales. Sin embargo, durante este proceso sufrimos diferentes restricciones y cambios que impactaron en nuestra manera de trabajo y en la recuperación del mercado aerocomercial. Como por ejemplo, el 04 de enero se dispuso la cuarentena obligatoria de 14 días a todo aquel que ingresaba al Perú, y para el mes de febrero se implementó la exigencia de la prueba negativa en vuelos nacionales. Esto ocasionó que, en el mes de febrero –comparado con el mes de enero- tuviéramos una caída del 38% y del 63% en vuelos internacionales y nacionales, respectivamente.

Por ello, es necesario recalcar que las medidas tomadas con poca anticipación no fueron las más estratégicas ocasionado un gran impacto en el sector.

La industria necesita recuperarse no solo por ser el motor de la conectividad sino por su aporte en la cadena del turismo y del comercio exterior, además, según estudios realizados por IATA y la Universidad de Harvard el transporte aéreo es el modo más seguro de viajar y la posibilidad de un contagio dentro de una aeronave es menor a 0.00001%.

¿Cómo puede expandirse el trabajo conjunto entre ALTA y AETAI?

Desde hace años venimos trabajando conjuntamente con ALTA. Por ello, tenemos como objetivo permanente profundizar las relaciones entre nuestras asociaciones, ya que los temas que afectan a la industria son comunes y el aporte que brinda ALTA es invaluable por el conocimiento y experiencia regional que brinda. Así por ejemplo, en los procesos de reactivación, en los procedimientos de control de pasajeros, revisiones de condiciones tarifarias, etc.

Dada la internacionalidad del transporte aéreo, debemos ir en búsqueda de medidas que sean homogéneas y consistentes en el soporte de la aviación.

Nuevamente, la necesidad de armonización salta a la vista. Una clave para ganar nuevamente la confianza de los viajeros radica en implementar de manera estandarizada los protocolos comprobados y ofrecer previsibilidad para poder planificarse. Perú tiene mucho para ofrecer a los viajeros: un Estado comprometido con la salud y la seguridad, una industria preparada para atender a los viajeros con todos los protocolos y un destino maravilloso, reconocido por World Economic Forum (WEF – 2019) como el tercer país con mayor número de especies mundialmente.

Perú tiene un camino interesante para desarrollar su transporte aéreo. Existe la demanda y el interés y juntos podremos lograrlo.

Gracias por su lectura y hasta un próximo vuelo.

Acerca del autor: José Ricardo Botelho, Director Ejecutivo y CEO de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), es graduado en Derecho en la Universidad Católica de Salvador (Brasil), cuenta con Postgrados en Ciencias Criminales de la Universidad Jorge Amado y en Gestión de Seguridad Publica de la Academia Nacional de Policía.