Por José Ricardo Botelho

Uno de los principales desafíos de nuestro tiempo es encontrar respuestas a los impactos provocados por el cambio climático y la aviación, como industria global, tiene un rol decisivo. El sector es responsable de solo el 3% de las emisiones de CO2 y tiene como objetivo reducir las emisiones a la mitad para 2050, en comparación con 2005. Varios segmentos de la industria se han fijado objetivos claros, incluida la reducción de las emisiones netas de carbono a cero, y ya están trabajando intensamente para lograrlo mediante la implementación de acciones en línea con las disposiciones del Acuerdo de París y ratificado por la OACI. La adopción de los llamados SAF (combustibles sostenibles de aviación) es una parte importante de esta estrategia.

El mes pasado, la Unión Europea lanzó un paquete de medidas para combatir el calentamiento global que incluye la creación de impuestos sobre los combustibles fósiles de la aviación. Si bien, a priori, parece lógico gravar a las aerolíneas para acelerar la transición al uso de combustibles sostenibles, tal medida no nos parece la más adecuada. El escenario es más complejo y el efecto puede ser el contrario. La industria aérea, que ya está sufriendo la crisis pandémica y es además un segmento con márgenes notoriamente estrechos, no precisa en este momento medidas que agreguen costos. Por el contrario, necesita inversión y trabajo mancomunado con los gobiernos.

La gama de medidas que orientan la industria de las aerolíneas es amplia e incluye mejoras operacionales, en infraestructura, innovaciones tecnológicas y medidas de mercado, como las propuestas de CORSIA (Carbon Offsetting and Reduction Scheme for International Aviation). ALTA, como la asociación que representa a la industria aeronáutica en América Latina y el Caribe, reconoce el esquema como un parámetro para la mitigación de emisiones de la aviación internacional, evitando medidas unilaterales que puedan perturbar el mercado. Nuestro Comité de Combustibles es reconocido como un espacio común en la región para debates sobre políticas públicas e iniciativas innovadoras para la producción de combustibles sostenibles. La próxima reunión presencial del comité será la próxima semana, durante el ALTA CCMA & MRO Conference, en Punta Cana.

Los SAF apuntan a ser una solución para acelerar eficientemente la descarbonización, ya que tienen el potencial de reducir hasta un 80% la emisión de gases contaminantes de un avión con el tanque lleno. El problema es que falta producto en el mercado. Tenemos el desafío de brindar escalabilidad al SAF y, para eso, necesitamos marcos regulatorios que permitan la expansión de la producción y las inversiones en las muchas tecnologías que se necesitarán y que están por llegar. Se trata de discusiones que se están planteando en este momento, por ejemplo, por países como República Dominicana, Costa Rica y Brasil, en el ámbito de la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil (CLAC).

Combustibles sostenibles

Referencia en la producción de biocombustibles, Brasil aún no cuenta con una política pública para la producción de combustibles de aviación sustentables, como las políticas de etanol, pero es el primer país de la región en trazar marcos legales. ALTA acompaña a la industria en el proceso, junto con el gobierno, para la mejora de la PL 1873/21, que instituye un programa federal para fomentar la investigación, producción y consumo de biocombustibles avanzados en Brasil. Entendemos el tema de los combustibles sostenibles como una prioridad, dada la importancia e impacto que tendrá en un futuro muy cercano para la operación de las aerolíneas y en el esfuerzo por reducir las emisiones globales de carbono. Tanto es así que el tema central del ALTA Airline Leaders Forum, la principal conferencia anual de ALTA, será un despegue sustentable. Me complace invitar a todos a continuar el debate en octubre en Colombia.

* José Ricardo Botelho, es Director Ejecutivo y CEO de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo. (ALTA).